Las relaciones interpersonales juegan un papel fundamental en el desarrollo integral de las personas. A través de ellas, el individuo obtiene importantes refuerzos sociales del entorno más inmediato, lo que favorece su adaptación e integración al mismo.
Pueden basarse en emociones y sentimientos, como
el amor y el gusto artístico,
el interés por los negocios y
por las actividades sociales,
las interacciones y formas colaborativas en el hogar, entre otros. Las relaciones interpersonales tienen lugar en una
gran variedad de contextos, como la familia,
los grupos de amigos,
el matrimonio, las amistades, los
entornos laborales, los clubes sociales y deportivos, los entornos barriales,
las comunidades religiosas, entre otros. Las relaciones interpersonales pueden
ser reguladas por ley, por costumbre o por acuerdo mutuo, y son una base o un
entramado fundamental de los grupos sociales y de la sociedad en su conjunto.
Relaciones
Interpersonales en el Trabajo
Tomando en cuenta la
influencia en la vida del hombre como ser sociable desde el inicio de su vida,
las relaciones interpersonales constituyen un factor crítico dentro del aspecto
laboral. Aunque la calidad de las relaciones interpersonales en sí no basta para
incrementar la productividad en cuanto al aspecto laboral se refiere, si pueden
contribuir significativamente al rendimiento por parte del personal obrero.
Hoy
día en las empresas buscan mantener las relaciones interpersonales y un clima
laboral en buenas condiciones, y las personas que carecen de estas cualidades
no serán productivas en las ellas, además que todo gerente busca mantener
personas de excelentes rendimientos para alcanzar objetivos o metas
planificadas de corto, mediano y largo plazo; esos valores adquiridos son de
muchas ayudas y darlos a conocer es la mejor opción, hacia las personas que
hacen parte de un entorno laboral, ya que permite mantener buena comunicación y
dar solución a malos entendidos casuales, Facilitando a contribuir de manera
eficiente hacia la competitividad y productividad de la empresa.
Los
valores que poseemos como personas desde nuestra infancia es el principal punto
para crecer y darnos a conocer como personas, además de eso nos permite
relacionarnos de la manera más efectiva cuando estemos o no en un ámbito
laboral, cabe resaltar que muchos puntos que son esenciales y tocados dentro de
las relaciones interpersonales influida en las empresas, porque aprendemos a
valorar a respetar y brindar muchos conocimientos ante las demás personas, pero
nuestro compromiso siempre será ser eficientes, efectivos y productivos en los
diferentes roles que nos encontremos. Para gozar de una mayor satisfacción
generada por el cumplimiento de nuestras responsabilidades como personas y ser
aceptado por los demás, estando con armonía.
Cada
día que pasa podemos cultivar buenas relaciones interpersonales hacia las demás
personas manteniendo continuamente una excelente comunicación efectiva y
aprendiendo de cada una de ellas, y seremos punto de objetivo al momento de
definirnos como somos como personas. Con el respeto y siendo prudente hacia los
demás ayuda a mejorar las relaciones. En si solo nuestra personalidad y
nuestros conjuntos de valores son los que definirán la forma de interactuar con
los demás.
Haciendo
un poco énfasis al autor (Mayo. 1972) dice que “la teoría de las relaciones
humanas o interpersonales, habla sobre crear las condiciones ambientales
adecuadas para que el trabajador pueda adaptarse de la mejor manera al trabajo
y que a su vez el trabajo se adapte al trabajador,”
Relaciones Interpersonales en el Aprendizaje
La
educación es un proceso de relación, ya que implica la transmisión de
conocimientos y de valores entre las personas, por ello el tema de las
relaciones interpersonales en la escuela ha sido uno de los que ha ocupado
mayor atención en el campo de la psicología de la educación y de la psicología
social, ya que los resultados dependerán de estas relaciones y de las
características de la interacción entre quien enseña y quien aprende.
La
bondad o no de las relaciones interpersonales en la educación depende de muchos
factores que podemos aglutinar en tres grandes variables: el contexto en el que
se desarrollan, la conducta relacional de los participantes y la diferente
concepción que en cada etapa se ha tenido de la educación.
El aula es el contexto
donde se lleva a cabo el proceso de enseñanza-aprendizaje, es un escenario
interactivo en el que el maestro y alumno ejercen su actividad, teniendo como
objetivo los mismos fines y la dinámica social que se produce en el aula como
resultado de la interacción origina una serie de características determinantes
del aprendizaje que depende de la estructura de participación, fundamentalmente
del alumno y de la estructura académica y su organización.
Maestros
y alumnos se ven inmersos en un rico contexto psicológico y social, del que los
participantes, los fines que se proponen y el modo en el que se interpretan la
situación interactiva que se produce, deriva de la relación entre los factores
físicos, sociales y psicológicos que están presentes.
Así
pues, el aprendizaje en el aula se configura como un proceso intrínsecamente
mediado y al mismo tiempo constructivo, cultural y comunicativo, resultado de
un entramado de relaciones y pautas de interacción personal que por ello
permite la configuración de un espacio comunicativo ajustado a una serie de
reglas que facilitan la comunicación la consecución de los objetivos.
En este mismo contexto,
debemos considerar de igual forma la relevación con respecto a la conducta del
profesor eficaz en el aula, el cual es el encargado más directo e inmediato de
apoyar promover el aprendizaje de los alumnos. Desde los primeros pasos de la
psicología de la educación se han dado distintos puntos de vista sobre cómo
debe actuar el educador en el aula, así, unas veces se le ha considerado como
el encargado de repartir o suministrar conocimientos, mientras que actualmente
se le ve, sobre todo, como un mediador en la construcción de significados que
el aprendiz debe llevar a cabo.
Se considera competente y
eficaz al profesor que consigue que sus alumnos alcancen los objetivos
educativos, aunque esta eficacia depende del marco conceptual en el que nos
situemos.
Relaciones
Interpersonales en la Comunidad
Los
seres humanos somos seres con una intensa motivación por la afiliación, la
necesidad de estar con otras personas es uno de los elementos que más nos
definen. Podemos situarla incluso con satisfacciones biológicas como la
satisfacción del hambre o de la sed.
La
necesidad de estar en presencia física de otros individuos, se trata de la
primera motivación social que tenemos. Es el simple hecho que nos tranquiliza,
nos facilita afrontar situaciones emocionales intensas, situaciones
estresantes.
El
estar con otras personas nos resulta placentero, nos resulta motivador
disgustándonos de especial manera lo contrario como es la soledad, el
aislamiento, el anonimato.
El
grueso de nuestra existencia hemos pasado de vivir en comunidades reducidas nos
ha llevado a algún que otro problema a saltar a comunidades más amplias.
Nuestros antepasados vivían en grupos pequeños no superando los ciento
cincuenta individuos. Así que las personas han vivido durante el grueso de su
vida rodeadas de muy pocas personas mientras que ahora en las metrópolis
urbanas a las que no conocemos, a los que no tenemos ocasión de interactuar, es
más, a las que ni siquiera miramos cuando nos cruzamos por la calle.
Nuestros
antepasados vivían en un contexto donde la pertenencia a una comunidad era muy
intensa y sin embargo vivimos en un momento en el que lo importante es la
pertenencia en muchas ocasiones a elementos simbólicos, como a una bandera, a
un grupo, a una ideología…
Hemos
vivido en sociedades donde el número de parejas potenciales que podía tener a
lo largo de su vida era de una o dos personas y sin embargo por el fenómeno de
la globalización de las comunicaciones se ha acrecentado incluso a miles.
Con
anterioridad la transmisión de peligro era una transmisión oral mientras que
ahora es a través de los medios de comunicación. Ahora las alarmas sociales son
continuas por lo que no es de extrañar que hayamos desarrollado ciertas corazas
siendo mucho de los problemas que tenemos de procurar establecer relaciones con
otros.
Los
seres humanos tienen adaptaciones para vivir en grupo, siendo éste la clave de
su supervivencia, la clave de sus estrategias de resolución de los problemas de
supervivencia y de reproducción. Así que las acciones sociales son recursos
absolutamente esenciales para afrontar los distintos problemas, las diferentes
demandas ambientales a las que nos vemos sometidos. De tal modo que el
aislamiento social, el anonimato son situaciones que incrementan de forma
drástica los problemas de malestar individual, de malestar social y de
alteraciones en la salud incrementándose las enfermedades.
Relaciones
Interpersonales en la Familia
Desde
una perspectiva social sistémica, la familia puede considerarse, de forma poco
comprometida eludiendo los aspectos de
la dinámica emocional, como un sistema de relaciones interdependientes (Schaie
y Willis, 1991). Cada miembro juega un rol específico en el sistema y el resto
de miembros dependen del hecho de que cada uno juegue su papel. Los niños y los
ancianos de más edad dependen de sus familiares para cubrir sus necesidades
básicas (protección, desplazamiento, comida, etc.). Desde esta perspectiva, la
historia de la vida de las personas, desde el punto de vista familiar, consistiría
en la pertenencia a diferentes sistemas de interdependencia en función de los
roles que nos toca desempeñar según las diferentes edades.
Las relaciones
sociales cambian a lo largo de la vida volviéndose más intimas y centrándose en
el ambiente familiar. Es decir, la red social a que se había pertenecido cuando
se es joven se rompe a partir del matrimonio. La modificación supone, por lo
general, que a lo largo de la madurez la familia se convierte, en el núcleo
fundamental de relación social, si bien el trabajo o las relaciones
extrafamiliares son todavía importantes. Finalmente, hacia la última etapa de
la vida, el anciano se relaciona fundamentalmente con su grupo familiar.
El diálogo es un elemento
fundamental en las relaciones interpersonales, cuando es auténtico, abierto y
sincero nos lleva a la comunicación.
Cuando
en una familia hay comunicación se crea un ambiente positivo, libre de
tensiones y sobre todo de afecto y de unión. Los adultos debemos introducir
costumbres, valores y formas de comportamiento para crear situaciones
constructivas y de crecimiento personal en la familia.
No hay recetas para establecer un ambiente de
comunicación, pero existen pautas lógicas como son la voluntad, el interés y la
disponibilidad tanto de padres como de hijos. Las habilidades de la relación
interpersonal son una serie de comportamientos que adquiere una persona para
interactuar y relacionarse con otros de manera efectiva y satisfactoria.


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